Cuando era niña, La Cenicienta era mi película favorita.
Sentada frente al televisor el tiempo se pasaba volando. Lo que yo no sabía
entonces, es lo que quiero que sepan ustedes ahora: los riesgos para la niñez de
películas infantiles como La Cenicienta,
me han hecho pensar lo rápido que perdemos la inocencia sin darnos cuenta.
La película nació en
1950, bajo la producción de Walt Disney, basada en un cuento popular. Cuenta la
historia de una bella joven que tras la muerte de su padre tiene que vivir con
su madrastra siendo la sirvienta de ésta y de sus dos hijas. La Cenicienta es humillada y
menospreciada tanto por sus hermanastras como por su madrastra. La protagonista
se llama así, porque hacía los trabajos más duros de la casa y sus vestidos
estaban siempre manchados de ceniza.Vivía apartada del resto de su familia en
peores condiciones. La Madrasta trata a la Cenicienta de manera despectiva, le
ordena callarse a gritos y le manda constantemente hacer las tareas de la casa
sin respeto alguno.
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Fragmento de la Película "La cenicienta" |
Con
este tipo de películas hemos crecido, pero trasmiten valores a día de hoy
bastante antiguos que distan mucho de la realidad, sobre todo las diferencias
de género. En películas infantiles debería
realzarse la igualdad de género, pues las películas Disney, entre ellas La Cenicienta, nos muestran una imagen
machista donde la mujer sólo trabaja en el hogar, es una persona débil, frágil
y sin confianza en sí misma. La imagen que ofrece La Cenicienta es la
de la mujer como objeto de deseo: una mujer bella, con cintura marcada, pecho
voluminoso, mirada penetrante, pestañas largas, en definitiva, un cuerpo
sexualizado. La Cenicienta no enamoró al príncipe azul por otra cosa que no
fuera su belleza. Pero hay que tener en cuenta que no hay una princesa fea, porque la fealdad se asocia
a la maldad (acordaos que la Madrastra y
sus hijas no destacaban por su belleza)
En cambio la imagen del príncipe es la de una
persona valiente, fuerte y con poder, siempre queda cómo un héroe, en este caso
salvando a Cenicienta de las garras de su madrastra, dándole de ahora en adelante una buena vida en su palacio. Sólo cuando el príncipe la salva de su desgraciada
y solitaria vida podrán “ser felices y comer perdices”.
El nivel educativo
de esta película a día de hoy es negativo, porque ensalza la superioridad entre
las hijas de sangre y las que no, dejando relegada a esta última a trabajar
muchísimo. Se ofrece una mala imagen de la madrastra que traspasamos a la
realidad, haciendo que en caso de alguna separación de los padres no se la
respete ni se la quiera. Los niños son lo que ven, y si están expuestos a
escenas violentas, basadas en valores y conductas negativas, las terminarán
imitando. De modo que es muy importante educarlos no sólo desde la escuela,
sino que en casa los padres deben prestar mucha atención a lo que sus hijos ven
en televisión y no usarla como niñera, sin controlar los programas
recomendables para su educación.
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La Cenicienta y El Príncipe |
Sin
embargo, uno de los aspectos positivos es la firme confianza que manifiesta en
que obrar bien y ser pacientes al final tiene su recompensa, pues Cenicienta
estuvo muchos años bajo las órdenes de su madrastra hasta que al fin encontró a
su príncipe y su vida cambió por completo. También se muestran los valores de
la amistad, de los ratoncitos y el hada madrina a Cenicienta, ayudándola y
haciendo todo lo posible para que pueda acudir al baile en el que el príncipe
escogería a su princesa. Los niños tienen que saber diferenciar la ficción de
la realidad, por lo que deben saber que los problemas no se solucionan con un
simple toque de varita mágica, sino que hay que esforzarse mucho para conseguir
lo que te propones.
Pero
esta película está basada en un cuento escrito en otra época, donde las cosas
eran diferentes. La alternativa es reescribirlos adecuándolos a las nuevas
exigencias de la sociedad, para desterrar los estereotipos patriarcales y dejar
de otorgar ventaja al género masculino frente al femenino. Por suerte, cada vez
es más habitual que estos mensajes ocultos dejen de aparecer, ya que detrás de
cada película infantil hay psicólogos y pedagogos encargados de supervisar los
aspectos y mensajes negativos que puedan existir y ensalzando los educativos y
didácticos. Además se está teniendo en cuenta el cambio de la sociedad con mentalidades
más abiertas y multiculturales.